La locura del paraguayo
Viernes 25 de febrero Año 11, Capilla del Mont.
En la plaza principal la locura del paraguayo se hace sentir, detras del humo, como perros sedientos van, por las calles ya vacías de Capilla, pero no es este preciso comportamiento perruno lo que llama mi atención. De pronto mi mente desvia su atencion hacia uno de los integrantes de esa jauria rabiosa; es una joven mujer de unos veinte años de edad, que alardea todo el tiempo aspectos de su vida; pero su mirada dice otra cosa, su mirada se siente vacia, afligida y resentida por los pasos de la vida. Esta mujer va detras de los perros humeantes fingiendo camaradería. Hay dias en los cuales esa perra se presenta amigable o afligida, da igual, solo se hace la amiga, cuando la tormenta le esta por caer, luego al salir el sol, se siente segura y continua su gediento viaje al paraguay; mirando de torcido, gruniendo por lo bajo, cuando alguien es diferente al resto, agita, finge y alardea fortaleza, para no estar sola, codeándose con personajes de luz y oscuridad, sin saber distinguir emprende su viaje al paraguay.
En la plaza principal la locura del paraguayo se hace sentir, detras del humo, como perros sedientos van, por las calles ya vacías de Capilla, pero no es este preciso comportamiento perruno lo que llama mi atención. De pronto mi mente desvia su atencion hacia uno de los integrantes de esa jauria rabiosa; es una joven mujer de unos veinte años de edad, que alardea todo el tiempo aspectos de su vida; pero su mirada dice otra cosa, su mirada se siente vacia, afligida y resentida por los pasos de la vida. Esta mujer va detras de los perros humeantes fingiendo camaradería. Hay dias en los cuales esa perra se presenta amigable o afligida, da igual, solo se hace la amiga, cuando la tormenta le esta por caer, luego al salir el sol, se siente segura y continua su gediento viaje al paraguay; mirando de torcido, gruniendo por lo bajo, cuando alguien es diferente al resto, agita, finge y alardea fortaleza, para no estar sola, codeándose con personajes de luz y oscuridad, sin saber distinguir emprende su viaje al paraguay.
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